Queremos
dar las gracias a Pablo Garrido por este artículo
que nos ha facilitado sobre el Ferrocarril
Zamora-Fermoselle
Un
ferrocarril que nunca existió
Desgraciadamente,
en más de una ocasión la historia ha sido
injusta y desagradecida con la nuestra querida comarca.
En este caso, me refiero a un proyecto gestado en los primeros
años del siglo XX y que, según los documentos
que he podido consultar, pretendía conectar por vía
férrea la capital de Zamora con el municipio de Fermoselle.
Pongámonos
en antecedentes. La conexión por tren de gran parte
de la geografía española era una vieja aspiración
del Estado Español desde la segunda mitad del XIX.
El reto de unir las capitales de provincia ya había
sido logrado, y la necesidad de comunicaciones fiables que
vertebraran el territorio nacional era más que imperiosa.
Sin embargo, hay que esperar hasta 1908 para que definitivamente
sea aprobada la Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos
donde, a modo de apéndice, se incluye la propuesta
de construcción de cuatro líneas para la provincia
de Zamora de carácter secundario y otras cuatro de
carácter estratégico, donde se incluiría
el recorrido que hemos citado.
Los trámites
administrativos comienzan cuando, el 4 de Septiembre de
1910, se publica en la Gaceta de Madrid una Real Orden,
disponiendo que se anuncie a concurso de proyectos la construcción
del ferrocarril estratégico de Zamora a Fermoselle.
Según se cita en este boletín legislativo,
el proyecto fue presentado por Don Joaquín Lucas
Guerra y Don Agustín Gallego Barrueco, los que supongo
responsables municipales o provinciales, y que contaba con
el visto bueno de la Junta de Defensa Nacional y el Consejo
de Obras Públicas.
Posteriormente,
una Real Orden de 30 de Abril de 1915, saca a subasta la
construcción del tramo Zamora-Fermoselle, estableciendo
el plazo de quince días para la presentación
de ofertas. El recorrido cubriría una distancia de
73 kilómetros y contaba con un presupuesto de ejecución
de 8.414.621 pesetas, sin embargo, pasado el período
correspondiente, ninguna empresa pujó por la concesión
de la línea y el proyecto quedó paralizado.
Una de las principales razones que podemos atribuir al fracaso
del “Ferrocarril de Sayago” la argumenta Basilio
Calderón en Historia de Zamora (Tomo 3), donde resalta
que, en aquella época, la gestión y explotación
del ferrocarril caía en manos de empresas privadas,
las cuales se regían por criterios económicos
a la hora de acometer una obra de tal magnitud y que, probablemente,
no detectaran rentabilidad monetaria al trazado propuesto.
De esta
manera, la comarca se quedó sin ver pasar una locomotora
y su correspondiente ristra de vagones, lo que, no me negarán,
le hubiese dado un punto peculiar a la preciosa estepa sayaguesa.
Hasta pronto.
Pablo
Garrido
http://www.turismoonline.wordpress.com
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